No somos súper mujeres

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No tenemos el poder de controlar el tiempo. Tampoco hacemos magia, simplemente armonizamos entre casa, vida personal y trabajo. Somos multitarea porque no esperamos a la reacción tardía y deficiente. Hay cosas que no pueden aguardar. Somos catalizadoras de emociones y empáticas con nuestro entorno. Fijamos una meta y apuntamos directa a ella con remolque emocional y familiar incluido, asumiendo en nuestro acto una demora en el culmen. Por todo esto e infinitas particularidades más, nosotras somos MUJERES.

El origen del Día Internacional de la Mujer data de 1978. Naciones Unidas quiso reconocer el rol femenino tanto en lo laboral como lo social. Sin embargo, es, cuanto menos, curioso que nuestra labor haya de ser reconocida meritoriamente de manera global y aplaudida de manera significativa, como si de un hecho insólito se tratara. ¿Tan extraño resultaba que la población femenina quisiera profesionalizarse fuera los ámbitos hogareños? Lo sentimos señores, trabajar no es un hobby, ni queremos el extra para aumentar el fondo de armario. Nos gusta trabajar.  Y lo hacemos de manera excepcional porque además contamos con ese sexto sentido femenino que, y aquí sí, funciona como un súper poder.

¿Quién decidió que seríamos nosotras las que por engendrar vida tuviéramos que renunciar a nuestras inquietudes laborables? ¿Por qué conciliar vida familiar con laboral supone renunciar a nosotras mismas, nuestro disfrute, profesiones, y no un ser humano con el 50% de cargas equitativas a su pareja? ¿Cuándo se decidió que un hombre por quedarse a cargo de las labores de casa y los hijos se considera acto de entrega inusual y descomunal (llegando a heroico) y sin embargo si es asumido por la mujer es “como debe ser”?

En AISS queremos unirnos a este día mostrándonos cómo somos. Mujeres, profesionales, madres, amigas, hijas, pasionales, emprendedoras… estos son nuestro argumentos y nuestras palabras que ojalá en un futuro no haya que repetir.


1- Ana Villota_1

Ana Villota Sanz Fundadora- Gerente de AISS
Como empresaria siempre he confiado en la mujer. La mayor parte de los trabajadores son mujeres siendo ellas en gran medida las que han ocupado puestos de responsabilidad. Frente a los estereotipos creados sobre nosotras en el mundo laboral, afirmo que nunca he tenido bajas ni absentismo laboral. En cambio sí he visto el agotamiento en todas al compaginar una vida laboral activa con la vida privada en la que, por roles de género, el grueso recae sobre ellas. Pese a ello, en ningún caso se ha percibido repercusión negativa en su responsabilidad profesional. Nuestra diferencia biológica, como la maternidad y el embarazo, no es lo que nos consume, sino la falta de una distribución equitativa de tareas en la vida privada. Vivimos con el patriarcado interiorizado.
Desmitifiquemos que no podemos trabajar unidas, que competimos entre nosotras y con envidia. Nada más lejos de la realidad. En AISS son muchos años juntas sumándonos, escuchándonos y apoyándonos.
Quiero lanzar un mensaje a la mujer empresaria: debemos crear políticas de igualdad para confiar puestos de responsabilidad ofreciendo empleos a otras mujeres. Con ello reforzamos que nuestra valía no se mida por según qué género, sino por nuestros resultados.
Mi experiencia profesional con mujeres ha sido y es positiva. Cuento con trabajadoras, fuertes, emprendedoras y solidarias. A ellas les debo implicación y responsabilidad. Somos lo que somos gracias a todas ellas que me acompañan formando equipo.”

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Gemma García Técnica-sociosanitario de AISS y Trini  Minyette auxiliar doméstico de AISS
«Estamos orgullosas de todas las mujeres que en su día a día luchamos por nuestros derechos y demostramos que somos igual de capaces y competentes que nuestros compañeros. Somos el reflejo del trabajo realizado con cariño, en equipo y con profesionalidad. Orgullosas hoy más que nunca de quiénes somos».

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Alba Lozano psicóloga de AISS.
«Las mujeres debemos apoyarnos en el mundo laboral, somos ejemplo de superación y luchamos para cumplir nuestros propósitos. Compaginamos estudios, trabajo, familia y nos esforzamos día a día por tener unos derechos acordes a nuestra capacidad. Demostremos en equipo de lo que somos capaces».

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Esther Solera Mena. Politóloga. Empleada de banca. Colaboradora de AISS, empresaria, ama de casa y madre 
«Las mujeres no luchamos por ser superiores. La RAE define feminismo como ‘la ideología que lucha por la igualdad de derechos’. No reivindicamos nada más, solo que se acabe con esos ramalazos de desigualdad que no se pueden demostrar con hechos pero que nos toca vivir a diario. 
Cuando mi hija me dice que de mayor le gustaría ser madre yo le contesto que puede ser todo lo que sueñe. Porque creo en un futuro donde todos seamos iguales.»

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Carolina Arribas Segura, periodista, gabinete de comunicación de AISS.
«Las mujeres hemos aprendido a querernos, ayudarnos y ahora, mientras el telón del patriarcado cae, damos cuenta de la manipulación que tanto mujeres como hombres hemos sufrido. La empatía que desarrollamos entre nosotras es inconmensurable. Nos propulsa hacia planetas nunca explorados y, pese a los miedos que ello suscite dentro del género masculino, ahora somos imparables.»

En una sociedad de claro corte patriarcal, nosotras hemos tenido que demostrar con el paso de los años que podemos y queremos dedicarnos profesionalmente aquello que nos llena. El dilema asoma cuando por ser género femenino tenemos que echar mayor cuenta de ello. ¡Ni que nuestras aptitudes se midieran por el nivel de estrógeno! No sólo eso, sino que por ser mujeres (qué palabra más preciosa) laboralmente nos es impuesto demostrar nuestro talento con, mínimo, el doble de ahínco que los hombres.

No. No se trata de culpar al género masculino de los estereotipos que han marcado, en pasado, las reglas de esta sociedad. Sabemos que vosotros también habéis sido subyugados por una educación donde se imponía un determinado comportamiento y actitudes frente a la familia. Sabemos que se han oprimido, como a nosotras, vuestros sentimientos para evitar mostrar vulnerabilidad y así sostener sin dubitación el bastón de mando. Pero se acabó. Con el devenir del tiempo las únicas diferencias que se acentúan son las que nuestras barreras mentales quieren imponer. De modo que abatamos todas ellas y dejemos libertad de actuación y pensamiento.

Nosotras nos queremos, nos amamos y apoyamos. En AISS nuestro elenco femenino es libre y potente. Hacemos piña dentro de un mundo laboral en su mayoría de mujeres, donde esa rivalidad, extendida como una mentira que acaba haciéndose realidad, no existe. Nadie nos entiende y sabe las cargas emocionales que llevamos a nuestras espaldas como entre nosotras mismas. Cargas que hemos de lidiar con nuestra parcela laboral.

Mientras esto siga ocurriendo seguiremos haciendo eco del Día Internacional de la Mujer, no como una lucha, sino como una plataforma para que nuestras palabras resuenen en las conciencias. ¿Acaso la igualdad no es un derecho mundial? Mientras los más testarudos se devanan los sesos, el feminismo va por delante floreciendo y creando jardines indestructibles a cada zancada.

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