Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Georgia State al que hemos tenido acceso en AISS (Asociación de Iniciativas Sociales), sugiere que la combinación de la risa con el ejercicio moderado podría mejorar la salud mental de las personas de edad avanzada .Los científicos opinan en dicho estudio que para las personas de edad avanzada, la risa es la mejor medicación.
Sabemos que la actividad física a cualquier edad es buena para la salud. En el caso de las personas de edad avanzada, la actividad física regular podría fomentar la salud, controlar el peso, reducir el riesgo de diabetes, mejorar la salud de los huesos y mantener y fortalecer los músculos.
Según el CDC (Center for Disease Control and Prevention), las personas de 65 de edad años y mayores deberían realizar 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad alta cada semana. Además, deberían realizar ejercicios de fortalecimiento de los músculos como sentadillas 2 días a la semana.
La actividad física a cualquiera edad es buena para la salud pero en el caso de las personas de edad avanzada, la actividad física regular podría fomentar la salud mental y la física, controlar el peso, reducir el riesgo de diabetes, mejorar la salud de los huesos y mantener y fortalecer los músculos.
Decálogo para una buena salud mental
Os dejamos con un «Decálogo por una mente sana» publicado en «Risa y salud mental» en donde se nos anima a trabajar o ayudar a trabajar a las personas para fortalecer la salud mental, esté esta o no en riesgo:
- Cuidar la salud. Una alimentación saludable, la práctica moderada de ejercicio y un descanso reparador ayudan a a sentirnos mejor.
- Reconocer nuestros propios logros premiándonos con comentarios positivos y aceptar que los demás también lo hagan.
- Afrontar las situaciones difíciles de la vida. Actuar ante los problemas para poder solucionarlos es una experiencia positiva.
- Disfrutar, al menos una vez al día, de una actividad agradable. Reservar un rato al día para una actividad que te haga disfrutar.
- Practicar el optimismo.
- Marcarse metas realistas, objetivos que se ajusten a nuestras posibilidades y elaborar un plan para conseguirlos.
- Adaptarse a las circunstancias.
- Evocar recuerdos agradables y recupera las emociones positivas que se generaron.
- Cambiar la frustración y la ira por el buen humor.
- Antes de acostarnos hacer examen de conciencia, un balance del día, reflexionar sobre las dificultades que se presentaron, cómo se resolvieron, qué se puede mejorar.
