En AISS entrevistamos a Enrique García Bernardo, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón.

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Enrique García Bernardo. Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón.

 

Según la Asociación Española contra el cáncer “se estima que el riesgo de padecer cáncer de mama a lo largo de la vida es de, aproximadamente, una de cada ocho mujeres”. Los estudios, avances científicos y tratamientos para combatir esta enfermedad son progresivamente más punteros y, gracias a ello, la recuperación de los pacientes más elevada. Sin embargo, poco se conoce sobre los aspectos psicológicos que la envuelven y sus efectos sobre la salud mental.

Para ello queremos contar con el testimonio experto del Doctor Enrique García Bernardo, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón.


Cuando al paciente se le detecta cáncer de mama en el Hospital Gregorio Marañón, desde el departamento de psiquiatría ¿cuáles son los procedimientos habituales que se le ofrecen durante el tránsito de la enfermedad? 

Sólo se actúa a demanda del servicio correspondiente (Cirugía General,

Ginecología, Oncología) que son los que habitualmente intervienen. 

 

¿Hay algún protocolo? 

Para el Cáncer de Mama sí, para la intervención psicológico-psiquiátrica no, se hace a demanda de forma rigurosamente individualizada y bajo petición del equipo y con la autorización de la paciente a la que se sondea en relación a su necesidad. 

 

¿A qué impactos emocionales se enfrenta el paciente? 

Lógicamente el diagnóstico per sé de cáncer está envuelto en una aureola de terror, de amenaza severa a la vida que se va a enfrentar con la constitución psicológica de cada mujer, sus fortalezas y debilidades , la solidez de su entorno, las características de afrontamiento de las dificultades que tenga ya atesoradas en su experiencia vita, etc. Con esto quiero resaltar que hay condiciones que todas las pacientes podrían compartir genéricamente pero que el proceso es rigurosamente individual, cada paciente tendrá su impacto emocional subjetivo y ése es el que hay que atender.  

¿Cuál es el mayor temor psicológico que el paciente se plantea ante el diagnóstico de esta enfermedad? 

El fantasma por excelencia y muy en primer lugar es la propia muerte. A partir de ahí aparecen todas las derivadas esperables, la incapacidad, el sufrimiento propio y de los más cercanos del entorno, las amenazas, la pérdida del patrón vital (la actividad de la mujer en cualquier ámbito se interrumpe o se suspende temporalmente) lo familiar, los hijos ,lo laboral, etc. 

 

La mama cobra un valor no solo orgánico sino también cultural en nuestra sociedad. El pecho va ligado a la sexualidad y el atractivo físico. En el caso de la mastectomía, ¿Qué efectos psicológicos puede causar la asimetría corporal que la intervención origina? 

La alteración de la autoimagen y secundariamente de la autoestima es la amenaza principal. La amputación, tan frecuente por necesaria, genera cambios físicos que se acompañan de temores hacia uno mismo y desde los demás, complejos, etc. 

La pronta corrección quirúrgica que restaura el orden con plastias a base de prótesis es en estos casos muy importantes para devolver en parte lo perdido. 

Muchos pacientes optan por la reconstrucción del seno inmediatamente después de la extracción del cáncer. Desde el departamento de salud mental –teniendo en cuenta la situación física de cada paciente-, ¿se suele recomendar llevar a cabo esta intervención? 

Se hace un estudio de idoneidad basándonos en las circunstancias individuales de cada paciente para estudiar la indicación de la corrección, que si la situación física lo permite es la norma. 

 

Tras ese paso y bajo su experiencia, ¿cómo y cuánto mejora el índice de autoestima? 

La impresión es clara en el sentido del incremento de la autoestima, la autoimagen, la seguridad en sí mismas y todo lo que se deriva en conductas tan importantes como la vida afectiva relacional y especialmente la sexualidad. 

 

Por el contrario, ¿hay algún caso que, debido a las consecuencias que acarrean sobre su salud mental, se recomienda esperar?  

Los tiempos quirúrgicos, la tipología del cáncer de mama, su virulencia, tratamientos concomitantes, consideraciones relativas a pronósticos negativos, etc. Serían algunas de estas circunstancias. 

 

El cáncer de mama tiene una visibilidad en los medios de comunicación y social prácticamente análoga al género femenino. Sin embargo, hay un porcentaje de hombres que también lo padecen, convirtiéndose sin buscarlo en un sector preterido. ¿Cómo lo viven ellos psicológicamente y cómo contextualizan su lucha por superarla? 

Las diferencias son tan abrumadoras que hacen que su presencia en hombres sea muy baja. Conozco pocos casos pero son muy negativos por lo que implica de confusión por un lado y severidad por otro.

 

Tras vencer la enfermedad, ¿el paciente sigue recibiendo asistencia psicológica? 

Se realiza, si así se indicó en su momento, un abordaje psicológico que va paralelo al seguimiento oncológico y a las capacidades adaptativas de la paciente. En la medida que la paciente se va adaptando a su nueva situación la opción psicoterapéutica va disminuyendo.


Desde AISS agradecer a Enrique García Bernardo su tiempo para aclararnos ciertas cuestiones y arrojar luz sobre la salud mental en el cáncer de mama.

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